Algunas enfermedades oculares degenerativas causan alteraciones estructurales específicas que pueden provocar una serie de síntomas visuales que, sin ser especialmente graves, limitan considerablemente la calidad de vida de quienes las padecen.
Por ejemplo, la hipersensibilidad a la luz y el fácil deslumbramiento ante una incidencia directa son algunos de esos síntomas comunes que resultan incómodos y dificultan tareas cotidianas como conducir, caminar por la calle o leer.
Frente a estas dificultades, la optometría y la oftalmología han desarrollado soluciones muy eficaces. Una de las más importantes son los filtros visuales terapéuticos, adaptados a las necesidades de cada paciente y patología concreta.
¿Qué enfermedades visuales causan estos síntomas?
Las personas con enfermedades como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinitis pigmentaria, el glaucoma, las cataratas, el albinismo o determinados tipos de fotofobia sufren problemas de adaptación a los cambios de iluminación, provocando una mayor sensibilidad al resplandor y un deslumbramiento ante la exposición a la luz.
Que estas enfermedades oculares provoquen esos síntomas concretos suele deberse a estos motivos principales, aunque no sean los únicos:
- Deterioro o pérdida de células fotorreceptoras en la retina, como ocurre en la DMAE y la retinitis pigmentaria.
- Dispersión anómala de la luz, como sucede con las opacidades del cristalino en las personas que tienen cataratas.
- Falta de pigmento en el epitelio, como sucede a las personas que tienen albinismo, lo que genera una percepción excesiva de los estímulos luminosos.
- Pérdida de campo visual, como sucede a los pacientes con glaucoma, lo que puede hacer que la luz impacte de forma molesta en zonas aún funcionales.
Estos mecanismos fisiopatológicos explican por qué estos pacientes sufren más deslumbramientos y se vuelven más hipersensibles ante la luz, especialmente en entornos exteriores o con iluminación artificial intensa.
Solución: filtros visuales terapéuticos
Los filtros visuales terapéuticos están diseñados para bloquear o filtrar selectivamente ciertas longitudes de onda de la luz, especialmente la luz azul, que es altamente energética y suele provocar mayor fatiga visual.
Existen filtros de diferentes colores —ámbar, amarillo, naranja o rojo— que se prescriben en función de la enfermedad y la sensibilidad individual del paciente. En Óptica Contrueces realizamos un exhaustivo análisis previo para determinar cuáles son los filtros adecuados para cada paciente teniendo en cuenta sus síntomas y patologías.
El uso de estos filtros mejora el contraste, reduce el deslumbramiento y facilita la adaptación a diferentes condiciones de iluminación. En patologías como la DMAE o la retinosis pigmentaria, pueden incluso mejorar la percepción del entorno, facilitando la movilidad y la autonomía. Además, al reducir la incomodidad visual, favorecen el bienestar psicológico del paciente.
En definitiva, los filtros visuales terapéuticos no son solo una herramienta correctora, sino una ayuda rehabilitadora que permite mejorar la funcionalidad visual y la calidad de vida en pacientes con patologías oculares crónicas y progresivas.
¿Notas una gran sensibilidad a la luz o sientes que la incidencia del sol te deslumbra de manera mucho más intensa que al resto de las personas? ¿Te han diagnosticado alguna enfermedad visual como las que hemos citado? Pues si es así, estos filtros pueden serte de ayuda y en nuestra óptica de gafas graduadas en Gijón podemos asesorarte para que los incorpores a tu vida.