Existen muchos conceptos en el mundo de la oftalmología y de la salud ocular que llevas escuchando toda la vida, pero ¿sabes realmente a qué hacen referencia o cuándo se usan?
Por ejemplo, es el caso de las dioptrías. Todos hemos oído hablar de las famosas dioptrías, normalmente en relación a una patología visual: “Fulanito tiene tres dioptrías en el ojo izquierdo”. Y aunque todos conocemos este término, pocas personas saben exactamente qué son las dioptrías, qué miden, qué tipos hay o los motivos por los que aumentan o disminuyen. Y eso es justo lo que te vamos a contar hoy en este post, ¿te interesa?
¿Qué son las dioptrías?
En términos generales, podemos decir que la dioptría es la unidad de medida utilizada en oftalmología para cuantificar el poder refractivo de las lentes y la capacidad del ojo para enfocar imágenes correctamente sobre la retina.
Esta medida es crucial en la prescripción de gafas y lentes correctivas para condiciones como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia.
De forma más específica, una dioptría se define como el inverso de la distancia focal en metros de una lente o de un sistema óptico. Es decir, una lente con una distancia focal de 1 metro tiene un poder refractivo de 1 dioptría, mientras que una lente con una distancia focal de 0,5 metros tiene un poder refractivo de 2 dioptrías. Esta relación indica que a mayor número de dioptrías, mayor es la capacidad de la lente para desviar o enfocar los rayos de luz.
¿Qué factores afectan al aumento o disminución de las dioptrías?
El cambio en el número de dioptrías, independientemente de que una persona padezca miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, depende de varios factores como el crecimiento ocular, las condiciones ambientales y el uso prolongado de la visión cercana.
1.- Crecimiento ocular y desarrollo en la infancia y adolescencia
Durante la infancia y la adolescencia, el ojo está en un proceso continuo de crecimiento y desarrollo. Este crecimiento puede influir directamente en la refracción del ojo, especialmente en lo que respecta a la miopía. En muchos casos, el aumento de la longitud axial del ojo, es decir, el crecimiento del globo ocular, provoca que las imágenes se enfoquen delante de la retina, lo que incrementa las dioptrías negativas. Este fenómeno es conocido como miopía axial y es el tipo más común de miopía progresiva en niños y adolescentes.
2.- Cambios asociados a la edad adulta
Con el paso del tiempo, la estructura y la función del ojo pueden cambiar, afectando al número de dioptrías. Un ejemplo típico es la presbicia, una condición que generalmente se manifiesta a partir de los 40-45 años, donde el cristalino pierde elasticidad y la capacidad de enfoque para objetos cercanos disminuye. Esto provoca un aumento de las dioptrías positivas (hipermetropía para visión cercana). Aunque la presbicia es un proceso natural, su progresión puede llevar a un aumento constante de las dioptrías con el tiempo.
En contraste, algunas personas pueden experimentar una disminución de la miopía en la tercera edad, especialmente si desarrollan cataratas y el cristalino se vuelve más denso y cambia su poder refractivo hacia un enfoque más cercano. Este cambio puede reducir las dioptrías negativas, aunque la visión en general se deteriora por la opacidad del cristalino.
3.- Factores ambientales y hábitos visuales
El entorno y los hábitos visuales también juegan un papel importante en la progresión de las dioptrías. El uso prolongado de la visión cercana, como leer o trabajar con pantallas durante largos periodos, ha sido vinculado con un aumento en la miopía, sobre todo en jóvenes. Este fenómeno se conoce como «miopía de aparición temprana». La falta de exposición a la luz natural, ver la televisión muy cerca, abusar de pantallas y no pasar tiempo suficiente al aire libre también han sido identificados como factores de riesgo en el aumento de la miopía.
Por otro lado, el uso correcto de gafas o lentes de contacto, y prácticas como el control regular y las revisiones del estado visual, pueden ayudar a estabilizar las dioptrías y evitar su progresión, especialmente en personas propensas a la miopía.
4.- Condiciones patológicas
Algunas enfermedades oculares pueden causar cambios significativos en las dioptrías. Por ejemplo, el queratocono, una condición en la cual la córnea se adelgaza y asume una forma cónica, puede llevar a un aumento drástico en las dioptrías de astigmatismo, ya que la irregularidad de la córnea distorsiona el enfoque de la luz. Otras patologías, como la diabetes mellitus, pueden inducir fluctuaciones en las dioptrías debido a los cambios en la hidratación del cristalino, especialmente si la glucosa en sangre no está bien controlada.
Las cirugías refractivas también pueden reducir significativamente las dioptrías al modificar la forma de la córnea para corregir miopía, hipermetropía o astigmatismo. Sin embargo, en algunos casos, con el tiempo, pueden producirse regresiones que impliquen un aumento en las dioptrías.
Como ves, el aumento o disminución de las dioptrías es un proceso complejo influido por múltiples factores, desde el crecimiento y desarrollo ocular hasta el envejecimiento, los hábitos visuales y ciertas condiciones patológicas. Comprender qué influye en cada caso es esencial para corregir adecuadamente los errores refractivos y/o prevenir su aparición y controlar su progresión, permitiendo a los profesionales de la salud ocular proporcionar un cuidado visual óptimo.
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